05-04-2018

Medio siglo aceitando los motores que impulsan el avance de América

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Este miércoles cumplió 50 años uno de los comercios más tradicionales. Lubricación América, de la familia Aguirre, lleva medio siglo aceitando los motores de la ciudad. “Es un negocio que fue testigo y protagonista de los cambios de las últimas décadas y para nosotros es un orgullo seguir prestando servicio”, explica Carlos Aguirre en diálogo con tiempodeloeste.com.

“El negocio lo fundan mis padres el 4 de abril del año 1968”, nos cuenta Carlos, uno de los hijos de Carlos Aguirre Lucca y Raquel Garrote. Ambos nacieron en Rivadavia, él en la ciudad cabecera y ella en González Moreno. “Mi papá trabajaba como empleado en la estación de servicio YPF que estaba en Maipú y Moreno, que en ese momento era de la firma Vicente Hermanos. Luego decide independizarse iniciando las actividades de cambio de aceite y engrase”, recuerda.

Aguirre Lucca inicia las actividades en el lugar que hoy se encuentra actualmente el comercio, en la calle Ameijeiras entre Banfi y Viamonte. “En ese entonces se comenzó con una sola fosa y una pequeña pieza para guardar las herramientas, con el correr de los años y el progreso, fue creciendo la actividad y por ende la infraestructura. Se fueron construyendo los galpones, el negocio de venta de mercadería y el escritorio. Y por último, la construcción e instalación del lavadero de vehículos para tratar de brindar un mejor y más completo servicio a los clientes”, cuenta Carlos Aguirre.

Una de las grandes satisfacciones de esta empresa familiar es el vínculo con los clientes. Hay quienes empezaron a ir 50 años atrás y lo siguen haciendo. “Otros empezaron a venir siendo pequeños, acompañando a sus padres o sus abuelos, y hoy mantienen de alguna forma esa tradición familiar”, relata orgulloso.

Medio siglo es mucho tiempo, y no cualquier empresa logra atravesar los vaivenes de la economía a tan largo plazo. “Hubo épocas buenas y épocas malas, de las cuales siempre se salió manteniendo la línea trazada y redoblando los esfuerzos”, explica Carlos.

Otra de las claves de la vigencia de Lubricación América está en los productos para todo tipo de vehículos. “Siempre se priorizo calidad y primeras marcas, creo que eso también ha sido un pilar”, considera.

Por las instalaciones han pasado todo tipo de rodados. Y desde la empresa han sido testigos de los cambios que sufrió la economía local y regional. “El trabajo fue cambiando en función de la matriz productiva. En los comienzos había gran producción y movimiento de ganado, por ende había un gran parque automotor de camiones jaula que transportaban esa hacienda. Luego eso fue mutando a los camiones de transporte de cereal”, ejemplifica.

Pero los cambios no sólo afectaron a los vehículos de gran porte. “Con respecto a vehículos livianos fue evolucionando junto con la modernización del parque automotor, por eso siempre se acompañó esa evolución con capacitación y nuevos productos que las nuevas tecnologías exigían”, agrega Aguirre.

Como pasa en todas las familias, las fechas importantes tienen dos caras. La de la celebración, por un lado, y la del recuerdo de aquellos que ya no están. En julio de 2016 falleció Carlos Aguirre Lucca. “Hoy vivimos sentimientos encontrados por no tenerlo físicamente”, expresa su hijo quien recuerda con emoción el reconocimiento recibido por su padre cuando el partido de Rivadavia celebró su centenario en 2010. Pero a la nostalgia se contrapone la alegría: “Al mismo tiempo, disfrutamos celebrar este momento tan especial con la cofundadora de este proyecto, nuestra madre, que nos sigue acompañando a mí y a mi hermano Miguel para continuar trabajando como siempre lo hicimos”.

Los Aguirre saben que sin el apoyo de la comunidad ninguna empresa se mantiene en pie durante cinco décadas. Y por eso expresan su agradecimiento a todos aquellos que los han acompañado desde el primer minuto: “Queremos decir gracias especialmente a todos, ya sea clientes, amigos, proveedores, empleados, familiares, autoridades, o vecinos. Sin todos ellos no hubiera sido posible recorrer este camino”.